La iluminación nos permite obtener el ambiente ideal para cada estancia, y de acuerdo a su tonalidad y ubicación, podemos crear en un salón la sensación de amplitud, acentuar zonas específicas y destacar texturas, lo que contribuye al disfrute de la vida hogareña. En este artículo abordaremos algunos consejos relacionados con los diferentes tipos de iluminación para cada espacio del hogar.
Lo primero que debes saber es que la luz se distingue por su temperatura, que cambia según el color y se mide en grados Kelvin. Según la temperatura del color tendremos distintas tonalidades.
La luz cálida, por ejemplo, es de tonalidades amarillas; tiene una temperatura de color que está por debajo de los 3500K hasta el mínimo que se encuentra en los 1000K, lo que implica que entre más baja sea, más amarilla será la luz. Es común encontrar este tipo de luz en áreas de estar y de relajación.
La luz fría es de color blanca, aunque entre más fría se vuelve más azul. Su temperatura de color empieza a partir de los 4000K y hasta los 10,000K y se utiliza para áreas de trabajo, por la buena visibilidad que ofrece. Además, nuestro cuerpo reacciona liberando químicos que nos hacen mantenernos más alerta.
¿Por dónde comenzar?
Debemos evaluar como punto de partida la entrada de luz natural en nuestra casa. Es importante tomar en cuenta la posición y el tamaño de las ventanas, pues esto determinará la ubicación de los muebles y de los puntos de luz artificial que usaremos para cada espacio.
1. La entrada a nuestro hogar
Es como la portada de un libro, representa la primera impresión que tendrán los invitados. De modo que es importante una buena iluminación cuya dirección no esté reflejada directamente hacia la puerta principal. Se recomienda colocar luz cálida desde este sector hasta la sala principal y el comedor.
Podemos utilizar en este caso algunas lámparas con difusor ubicadas en el techo, que proyecten la luz en todas las direcciones, manteniendo la temperatura del color en unos 3000K, desde el acceso de la casa, hasta la entrada de la sala principal. De esta forma se crea un espacio con iluminación homogénea y sin sombras que puedan opacar los adornos, flores o recuadros de la entrada.
2. Sala principal
La sala de estar o sala principal es un lugar multifuncional en nuestro hogar. Es el lugar para conversar con la familia y los amigos, ver la televisión y hasta descansar un poco. La iluminación artificial de esta estancia debe ser cálida y acogedora. Durante el día debe armonizar con la luz natural que pasa a través de las ventajas, mientras que caída la noche, es importante contar con luminarias que se mantengan dentro de los límites de la luz cálida.
En este caso, podemos distribuir la luz en puntos estratégicos de la sala. Por ejemplo, podemos ubicar un par de lámparas de piso con luz cálida a ambos lados del sofá principal. Si tenemos un televisor, es importante colocar una lámpara de luz difusa cerca, para evitar que se fatigue nuestra vista.
También es importante tomar en cuenta la decoración y los colores de nuestros muebles y adornos. Si la sala está llena de colores cálidos (amarillos, naranja o marrón) entonces la atmósfera de esa sala debe conservar una tonalidad de luz cálida. En este ambiente colocaríamos Luz entre 2000K y 3000K. En cambio, si nuestra decoración cuenta con tonos grises, azules y verdes, el ambiente que envuelve es frío, por lo que es recomendable que lo acompañemos de luz fría de 5000K.
3. Comedor
Es uno de los espacios más sencillos de iluminar, ya que el foco principal de esta habitación es sentarse a comer en familia sobre la mesa. En este caso, podemos colocar algunas luminarias colgantes de luz directa que apunten hacia la mesa, a una distancia aproximada respecto a esta de 80 cm.
Es importante considerar que la mesa no esté hecha de ningún material que refleje la luz, ya que en este caso será desagradable el reflejo hacia el rostro. Si este es el caso, podemos optar por difuminar la luz de los plafones colgantes que utilicemos.
4. Cocina
Es un espacio de mucha actividad que precisa de buena iluminación, y que por lo general no dispone de entradas de luz natural. En este caso es recomendable iluminar con luz fría. Podemos colocar luminarias colgantes a lo largo de la barra principal, a una distancia aproximada de 85 cm.
Adicionalmente podemos ubicar otros puntos de luz fría en el techo, distribuidas de tal forma que eviten los espacios sombríos en la cocina, el fregadero y las encimeras. Se recomienda que la temperatura del color se encuentre por encima de los 5000K.
5. Los baños
Nuestro baño debe un lugar acogedor tanto durante el día, como al caer la noche. Los espejos en la pared merecen una consideración especial e independiente del resto de la iluminación. Podemos situar un par de luminarias blancas a ambos lados a la altura de la cabeza, de modo que no proyecten ninguna sombra al mirar nuestro reflejo, y debajo del espejo, podemos colocar plafones de luz indirecta que iluminen la superficie del lavamanos.
Además, podemos instalar una lámpara en el techo para iluminar el resto del espacio, conectada a través de un regulador de intensidad, asegurándonos de que se mantenga protegida del vapor, ya que de lo contrario puede sufrir daños.
6. Iluminando el dormitorio
Dado que este es un espacio para el descanso, en este ambiente podemos ubicar algunas luminarias de forma indirecta con una luz cálida que rebote hacia la pared y cree un efecto tenue y acogedor. Podemos instalar una lampara principal en el centro de la habitación con un regulador de intensidad para asegurar que el foco no nos deslumbre y cause incomodidad.
En la zona del armario también podemos complementar con un par de luminarias difusas que proyecten luz hacia los compartimientos. Finalmente, podemos ubicar una pequeña lampara de fácil encendido en nuestra mesita de noche, cerca de la cama, en la cual solemos colocar objetos de primera mano, como un libro o nuestro despertador.
7. Terraza y zonas externas
Si contamos con una terraza cubierta, podemos colocar una lámpara colgante o plafón en el techo para iluminarla, en estos espacios es recomendable utilizar luz cálida y con luminarias que sean resistentes al polvo y la humedad.
La iluminación de las áreas externas de nuestro hogar también es importante, y existen muchas opciones para escoger. Al iluminar nuestro jardín o nuestros árboles, debemos decidir qué es lo que resaltará y enfocarlo de forma directa o indirecta.
8. Pasillos, escaleras y adornos
Para estos espacios que conectan las diferentes habitaciones y ambientes, podemos utilizar iluminación de acento, que consiste en la instalación de tiras de luz LED apoyadas en molduras, y colocadas en dirección al techo a lo largo de un pasillo, o bajo los escalones de cada peldaño de una escalera y en el pasamanos. Lo importante es que cumplan la función de guiar el recorrido.
Este tipo de iluminación, también puede utilizarse para destacar algún adorno, textura especial o arreglo interior en nuestro hogar, empleando lámparas cenitales que enfoquen lo que deseamos resaltar de manera especial, sea una fuente, una pieza de arte o el acabado texturizado de una pared específica.
Existe un tipo de iluminación ideal para cada espacio de nuestro hogar, solo necesitamos tomarnos el tiempo de planificar, sea en familia o en pareja, cómo embellecer y resaltar el lado especial de cada uno de los ambientes, tomando en cuenta el tipo de luz, el instrumento que utilizaremos, la tonalidad y las características de esa habitación. Dibujemos un pequeño plano de nuestro hogar y pongamos manos a la obra.